Derrotando a la Raza InferiorPaso tras paso analizo mi incursión en esta vida llegando a darme cuenta del estancamiento espiritual donde los inmundos parásitos sostenían mi existencia en fervorosas actitudes de repudio llevando a cabo su propósito de sofocar las ansias de conocimientos que me encaminan a una visión mas clata del ofrecimiento del libre albedrío, tiempo de enajenamiento en encantamiento por obras de las imponentes vibraciones conducidas por los bajos sopros de energías no muertas, encauzando en voluntades que no vislumbraba, aislándome de esta realidad maldigo a las inmundas presencias destructoras de conciencia humana. Sigo conviviendo en asiduas luchas con fuerzas destructivas, esquivando sus propósitos de encantos en base de falsos orgullos e inmensos aturdimientos que encaminan al alma a un estado de inocuidad donde la conciencia se introduce en un sueño de realización no llegando a percibir su estado, perdiendo toda comunicación con su interiór, "intentando abordar el verdadero foco de su emisión llegando a aquel rostro oscuro manifiesto en el espacio vacío del marco universo".
La eterna soledad, la solemne presentación del vacío, el principio del fundamento de las declaraciones que en nuestra mente y espíritu se dan exponiendo una contemplación sobre el poder del mal en relación con nuestra preexistencia relacionada con el bien.
La ineludible contienda que determina la superioridad de las manifestaciones aquí en la mortal tierra y en nuestra sutíl presencia espiritual, donde el secreto de la inmutable muerte nunca llegara a presentarse ante ninguna presencia reinante. Definiendo la expuesta rebeldía gestada en tormentos céntricos del alma mía, este es el símbolo después del símbolo, tomando como iniciación de ésta las tres grandes experiencias primarias que ante mis ojos se mostraron, el intenso comienzo en búsqueda del fin
Fuera de los Poderes CelestesEn el nombre del padre que no conozco del hijo que trata de apaciguarme y del espíritu santo que en su fin anula mi esencia primordial de alianza con la fuente mortuoria, la cual llevo inmutable desde tiempos que jamás volveré a recordar. Esta es la magna muestra de la señal, este es el significado de profunda tortura que llevo meditando desde el comienzo del despertar mío, desde aquella simple caracterización de la trinidad, poder que asimilo en la imponente cruz, a la definición de cada una de sus partes a través de la asimilación del espíritu unido a la fuente primordial de nuestra vida, el conocimiento fundamental de la palabra Yahvé, a través de la inmensa meditación en contornos sugestivos por naturaleza asumiendo ser parte evidente de su voluntad esplendorosa.
Alzo mis ojos, exijo no por soberbia sino por fatalidad de existencia en falta de verdadera conciencia de los actos que ocultados se hallan.
¿Acaso creo verte? ¿es verdadera mi percepción? ¿es correcto mi entender?
Búscame destrúyeme pues mi ignorancia realmente me tortura "texto del profeta sometido a la fuente innegable de luz", este es el manifiesto dado a los hombres, extendiendo el entendimiento de la magna realeza la cual nos ha dado la facultad de razonar y percibir las energías donde las inmateriales presencias nos escoltan, y escucho "EL, que no espera en el hombre ni espera nada de los hijos de los hombres", revelación punzante a nuestro propósito de existencia (Miqueas 5-6). He llegado a encontrar en mi búsqueda interior el principio fundamental de toda ostentación generada en este lapso vigente en el tiempo de entonaciones fondas del aliento mío, el significado axiomático de mis actos demostrados a través de un apego hacia la unión de las fuerzas generadas por fricción de la perpetración al no admitir la dualidad que en nuestro interior se dicta tomando conciencia de una imperante necesidad de dominar el conocimiento sobre la luminosidad y las tinieblas, este es el símbolo después del símbolo dentro de mi oscuridad en la luz.